Ganoderma resinaceum Boud.
Boud.
Uno de los robles centenarios que crece en la entrada del “Llagar el Trole”, en Gijón (Asturias), alberga en su base un hongo parásito llamado Ganoderma resinaceum.
Dicho hongo suele fructificar en verano, es pileado, y fácilmente reconocible por poseer una gruesa capa de resina amarillenta, que recubre la superficie del sombrero. En ocasiones, esa capa de resina está cubierta, además, por una masa de esporas de color marrón. Los píleos, dimidiados, pueden alcanzar gran tamaño (hasta 50 cm de diámetro), la carne o contexto es de color pardo claro y el himenio está formado por tubos y poros de color ocre grisáceo. La pileipellis o cutícula del sombrero, es himeniforme, es decir, está formada por una empalizada de células claviformes, perpendicularmente orientadas a la superficie, tal y como puede observarse en las fotografías.
El sistema hifal es trimítico, ya que posee hifas esqueléticas, generativas (con fíbulas en los septos) y conectivas.
Las esporas miden 10.0-12.5 x 6.2-7.3 micras, sin tener en cuenta su ornamentación ni el grueso perisporio, finamente verrucoso; son elipsoidales, de color marrón amarillento, truncadas en uno de los ápices, y similares en forma y tamaño a las de Ganoderma australe, la especie del género más común en Asturias.
Ganoderma applanatumes, al revés de lo que suele pensarse, una especie más bien rara en Asturias, con esporas más pequeñas.
Según RYVARDEN & MELO (2014), Ganoderma resinaceum es una especie frecuente en los trópicos, típica del Sur de Europa, Norte de África, Asia y Norteamérica, que suele fructificar en troncos vivos de Quercus y Salix, aunque ha sido citada en multitud de huéspedes diferentes.
RYVARDEN L. & I. MELO, (2014). Poroid funghy of Europe, Synopsis Fungorum 31, Fungiflora 1- 454.