Granulobasidium vellereum
(Ellis & Cragin) Jülich
Granulobasidium vellereum (Ellis & Cragin) Jülich, Persoonia 10(3): 328 (1979).
≡ Corticium vellereum Ellis & Cragin (basónimo)
≡ Hypochnicium vellereum (Ellis & Cragin) Parmasto
- Lugones, parque de Santa Bárbara (Siero-Asturias), 6-IV-2019, en la cara inferior de algunos troncos talados de Acer pseudoplatanus, de 15-16 cm de diámetro, leg. & det. E. Rubio, ERD-7886.
- San Millán de los Caballeros (León), 28-I-2023, en corteza de Ulmus minor aún en pie, leg. & det. E. Rubio, ERD-9747.
Basidiomas membranosos, efusos, resupinados, orbiculares o formando parches de varios centímetros de diámetro, con los márgenes fimbriados, fibrillosos, sin rizomorfos. Himenio liso o subliso, ligeramente tuberculado en la madurez, de hasta 0,5 mm de espesor, de color blanquecino en la juventud, pero adquiriendo tonalidades de color crema, isabelinas o sonrosadas con la maduración. El basidioma y la madera circundante despiden un intenso olor de hidrocarburos en el momento de la recolección.
Sistema hifal monomítico con hifas fibuladas de hasta 4-5 µm de diámetro, con las paredes delgadas o ligeramente engrosadas. Cistidios no observados. Basidios tubulares, largos, sinuosos, fibulados, de hasta 55 x 5,5 µm, tetraspóricos, con abundante contenido gutular granuloso (“granulobasidium”). Cistidios no observados. Basidiósporas esféricas o subesféricas, de 6-8 µm de diámetro, no amiloides, cianófilas, con las paredes irregulares, ligeramente engrosadas. En la profundidad de la trama se forman abundantísimos conidios (clamidósporas) a partir de hifas cilíndricas fibuladas. Dichos conidios son esféricos o anchamente elipsoidales, con las paredes gruesas, cianófilos y ligeramente dextrinoides.
Un hongo raro y curioso, nuevo para el catálogo provincial, que se caracteriza por sus basidiomas membranosos y resupinados, con un himenio liso que, con frecuencia, adquiere tonalidades sonrosadas, por sus esporas esféricas con las paredes irregulares, la ausencia de cistidios, los basidios granulosos y la formación de abundantes clamidósporas tramales. Resulta llamativo que el intenso y peculiar olor no haya sido refejado en ninguna de las descripciones consultadas de este hongo. De hecho, la literatura refleja la existencia de varios sesquiterpenos con intensa actividad antifúngica y antimicrobiana que podrían hacer que el hongo fuese utilizado como agente de control biológico.